Daños a los procesos emocionales por cirugías.

En la publicación La piel grisácea tras un paro cardiaco mencioné un caso con una afectación que resulta común y expliqué el porqué ocurre, y tiene mucho sentido si vemos, de manera simplista, los Centros de Transmisión de Emociones como tableros que pueden dañarse al ser sometidos a una carga eléctrica alta. Para cuestiones prácticas, del blog, voy a seguir manejando esas simbologías (el CTE es un tablero de control con cablecitos).

Hace algo así como una semana llegó a CIATEB una chica que trabaja en una importante universidad de México por recomendación de una amiga que también labora allí. en su historial clínico aparecía que llevaba un año haciéndose estudios para comprobar cada diagnóstico posible dado por los médicos que la habían atendido, pero en los estudios no se pudo confirmar ningún diagnóstico y su problema seguía creciendo, y siendo problema para ella. En el estudio de descomposición de su fotografía nos aparecían varios trastornos emocionales con sus respectivas intoxicaciones orgánicas que cubrían y explicaban a cabalidad sus inflamaciones, síntomas y problemas hormonales, pero no aparecía en la imagen la razón de su dolor de cabeza (las migrañas normalmente son originadas por el bloqueo del CTE de la garganta -Las migrañas y las emociones). Ella mencionaba que siempre había sido muy sana así que, simplemente para descartar, decidimos delimitar su CTE de la garganta, y ¡oh, sorpresa!, el CTE estaba roto, sólo estaba una mitad. Le pregunté si la habían operado de la garganta, de las amígdalas por ejemplo, y me contestó que se las habían extirpado desde pequeña. Le mencioné que había que desinstalarlo e instalar un CTE nuevo y ella pidió que lo hiciéramos.

Le ofrecí entre un sabor dulce y uno salado para que pudiera notar la diferencia entre el funcionamiento sensorial de su CTE actual, después sin CTE y después con el CTE nuevo, replicando lo que aparece en el texto "La relación entre las emociones y los procesos sensoriales (parte I)". Eligió una Tutsi Pop. La abrió y probó, dijo que sabía a Tutsi. Al desinstalarle el CTE dijo que sabía mejor, más dulce, (no entendíamos qué era lo que ella estaba degustando porque al estar desconectado el CTE de la garganta los sabores se descomponen). Al instalarle el CTE nuevo volvió a probar la paleta y gritó; "¡sabe a cereza!" Después explicó que el sabor de esa paleta siempre había sido amargo, desde que lo recordaba. Y no podía recordar otro porque su CTE de la garganta, el que transmite gustos y disgustos, el que controla los sabores y olores, estaba dañado desde muy corta edad, porque le habían quitado las amígdalas.

Y esta rotura de CTEs ocurre muy seguido. A las personas  las operan en el abdomen y aparece roto el CTE del abdomen, las operan en la zona estomacal y aparece roto el CTE del estómago, las operan en el pecho y aparece roto el CTE del pecho. Y muchas personas, después de haberse sometido a operaciones, señalan que algo cambió en su ánimo, en su forma de ser, sienten que no son iguales, que algo falta. Y sí, algo falta, les hace falta una emoción en su cuerpo porque el CTE está roto o se desconectó la salida de una emoción, y el entorno ya no se percibe igual cuando no están todas las emociones (independientemente de los problemas hormonales que se desarrollarán con el tiempo). No sé cómo los rompen, sólo vemos que entran al quirófano con sus CTEs completos y salen con el CTE de la zona operada roto. Si conocen a alguien en esa situación, o están en esa situación, ya saben qué fue lo que ocurrió.

Si en algún momento alguien desea venir a aprender sobre esto comuníquese a CIATEB o conmigo, a través del blog, y será bien recibido, las puertas de CIATEB están abiertas para todo especialista de la salud o investigador que desee aprender o investigar sobre estos temas.

Y si quieren aprender más, antes de venir, pidan el libro "El Sistema Circulatorio Emocional" (disponible también en versión electrónica en Amazon).