¿Por qué es importante investigar sobre la inflamación magnética en el organismo?

Cada vez que hablo sobre "inflamación magnética" en el cuerpo en algún espacio público nunca falta la expresión entre alguno de los asistentes, o varios de los asistentes, acerca de que es algo que carece de sentido; ¿por qué el cuerpo podría almacenar cargas magnéticas en ciertas partes específicas? Es una de las preguntas que más me hacen al respecto.

No negaré que al principio de esta investigación, hace muchos años, era algo que yo mismo me preguntaba cuando los primeros datos empezaban a mostrar que la razón de esas molestias en el cuerpo estaban relacionadas con cargas magnéticas. Pero si el cuerpo puede almacenar energía eléctrica estática (basta frotarse un globo en el cabello para que esto ocurra y cualquiera lo puede comprobar) estas cargas magnéticas deberían tener esta misma posibilidad (que no lo hubiera visto no significa que no exista), aunque había que darles una forma, meterlas en un modelo que lo pudiera explicar.

La primer respuesta llegó por parte de Alejandra, una de las principales compañeras en esta aventura. Ella, por su formación como acupunturista, me mencionó que esas cargas eran excesos o deficiencias y me mencionó la forma en la que en acupuntura le habían enseñado a tratarlas. Se me hizo un proceso largo, nada práctico para poder ser explicado en un modelo de funcionamiento congruente del cuerpo humano que explicara porqué se formaban esas acumulaciones y de dónde provenían.

Hicimos muchos experimentos con terapias de moda, con técnicas de sanación, de meditación, después de que las personas tomaban pastillas, y ahí seguían apareciendo esas dichosas cargas que nos daban lecturas en nuestros aparatos, en nuestras pruebas. Hasta que decidimos considerarlas como parte del residual emocional que no puede salir porque existe un trauma emocional, un trauma emocional se forma porque se bloquea un Centro de Transmisión de Emociones, y armamos la hipótesis de que una vez tapado, bloqueado, el CTE, el cuerpo busca un órgano en otra sección emocional para usarlo como almacén, como basurero, de todas estas cargas. Ese órgano es el que a la larga sería sacrificado en pos de permitir el funcionamiento del resto de cuerpo. Esto, como hipótesis, suena lógico, pero si el cuerpo comienza a usar un órgano como basurero ¿hace algo más el cuerpo sobre el campo biomagnético para indicarnos que esto está ocurriendo?

La respuesta es; sí, el cuerpo hace algo más. Y así, si una persona padece de depresión (trae bloqueado el CTE del pecho) y el cuerpo elige guardar todo lo que no puede salir por el bloqueo y lo manda a la vesícula (en la sección estomacal) el CTE del estómago se mueve hacia el lado contrario de la vesícula; ¡el propio cuerpo lo aleja para evitar que se dañe porque sabe que lo que está almacenando en esa zona es basura que daña los CTEs!

Para este momento en CIATEB podemos mostrar y demostrar que este modelo de funcionamiento del cuerpo es real y pruebas presenciales como la que se describe en la publicación "¿Qué tan grande es una inflamación magnética en el cuerpo?" las podemos hacer todos los días, ante cualquier público. Ahora, para poder entender todo este procedimiento orgánico, este comportamiento físico, tenemos que dejar de imaginar estas cargas magnéticas como las cargas de imanes, como esas líneas que se marcan cuando ponemos limadura de hierro arriba de un plástico bajo el cual está colocado un imán, y tenemos que empezar a verlas como el resultado de plasmas magnéticos, plasmas magnéticos que guardan información emocional. Y hablar de plasmas magnéticos es tema para más de una tesis de física cuántica.

Para más información pidan el libro "El Sistema Circulatorio Emocional" (disponible también en versión electrónica en Amazon).

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