La artritis reumatoide y su relación con los trastornos emocionales.

Para nosotros en CIATEB es claro que las alteraciones hormonales repentinas tienen que ver con trastornos emocionales la mayor parte de las veces, y en muchas de esas ocasiones los trastornos emocionales ocasionan traumas en el cerebro que dañan diferentes funciones del cuerpo. Decirlo es muy fácil, comprobarlo va a costar algo de tiempo.

En el caso de la artritis reumatoide nosotros en CIATEB la teníamos asociada a un bloqueo en el Centro de Transmisión de Emociones de la frente, ese bloqueo es el que ocasiona el corto circuito que provoca que las neuronas culpables de controlar los procesos hormonales que controlan el sistema inmune y que provocan que empiece el propio sistema inmune a atacar los tejidos del cuerpo. Es una hipótesis convincente pero muy complicada de probar.

La razón de que esta hipótesis sea tan complicada se basa en que a CIATEB nos habían llegado casos de artritis reumatoide muy avanzados, con graves deformidades en las articulaciones, en personas de edad muy avanzada. En estos casos el seguimiento y las pruebas que se pueden hacer son muy limitados.

Tampoco sabemos si la artritis reumatoide es un producto de varios traumas y no sólo del bloqueo del CTE de la frente, así que les voy a poner aquí todos los datos de que disponemos a partir de que este fin de semana del 15 al 18 de julio en Guadalajara, Jalisco, México, nos llegó el primer caso de artritis reumatoide en sus inicios, por si alguien de ustedes tiene forma de darle seguimiento a esto, generar nuevos datos o completarlo.

El caso es una fémena de 40 años. En el diagnóstico por fotografía (confirmado en el consultorio) mostraba un bloqueo en el CTE de la frente, otro en el CTE del estómago y un desvío en el CTE del pecho que nos indicaba que iba a haber un daño respiratorio o cardiaco a largo plazo, con esto bastaba para nosotros, tenemos una larga lista de padecimientos asociados a estos bloqueos. En el consultorio encontramos muchas acumulaciones magnetoestáticas por todo el cuerpo y fue cuando se me ocurrió mencionarle que ella debía tener dolores por todo el cuerpo. Ella contestó afirmativamente, recalcando que padecía de artritis reumatoide, y nos mostró sus manos hinchadas y comenzando a deformarse, señalando que el dedo medio de la mano izquierda es el que más mostraba deformación (hasta  ese momento nos enteramos de su artritis reumatoide).

Siguiendo el protocolo le extrajimos los bloqueos (que son traumas emocionales en realidad) y le acomodamos el CTE del pecho. Minutos después le pedí que sujetara con sus dos manos mi brazo y que yo iba a levantarlo, que me soltara en cuanto el dolor no le permitiera mantenerse sujeta. Ella se mantuvo aferrada a mi brazo, asombrada porque (según sus palabras) ya no podía siquiera cargar las bolsas del mandado. Le hice algunas pruebas más y los dolores habían desaparecido. Para cuando terminó el tratamiento, treinta minutos más tarde, ella me dijo, mientras la acompañaba fuera del consultorio y llegábamos a la escalera; "ahora sí viene la parte interesante, a ver si sirvió lo que hiciste, porque me costó mucho trabajo subir las escaleras". Yo no vi esa parte de cuando ella llegó, fue mi asistente quien la llevó al consultorio subiendo las escaleras. Y sí pudo bajar las escaleras, y volverlas a subir y a bajar, y a subir y a bajar, como niña chiquita, feliz, jugando.

Ahora, reconozco que no puedo decir que se haya frenado el proceso de destrucción autoinmune, sólo sé que ella ya podía hacer cosas que no podía y que la inflamación había comenzado a bajar, y también sé que en unos meses tendré más datos ya que a este caso podemos darle un mejor seguimiento que a los muy pocos anteriores que habíamos tratado, y para cuando tenga esos datos, para cuando pueda empezar a ver una tendencia, podré compartirles más información al respecto. Pero aunque los resultados a la larga sean muy buenos sólo será un caso, y se necesitan muchos, repetitivos, para poder afirmar que este proceso autoinmune está relacionado a trastornos emocionales (principalmente el bloqueo del CTE de la frente originado por un susto), y que este proceso autoinmune se puede detener (decir "revertir" es una esperanza que no tengo contemplada en este momento).

También debo señalar que como los bloqueos de los CTE provocan la acumulación de estas toxinas magnetoestáticas, que en realidad son programas de comportamiento, en órganos que no tienen la capacidad de procesarlas no resulta tan descabellado suponer que la gran mayoría de las enfermedades autoinmunes tengan su origen en esta programación errónea de ciertos órganos del cuerpo... pero entre suponerlo y comprobarlo todavía hay mucha investigación por delante.

Para más información pidan el libro "El Sistema Circulatorio Emocional".

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