Enfrentar los problemas, el paso siguiente a la curación emocional.

Ya sé que muchos van a decirme que enfrentar los problemas es el paso anterior y necesario para la curación de los trastornos emocionales, pero debo de decirles la verdad; esto no es cierto.

Para los que han seguido el blog, ya leyeron el libro "El Sistema Circulatorio Emocional" o se atendieron en CIATEB les quedará más claro que una vez generado un trastorno emocional no hay forma alguna en que el individuo por si mismo, por obra de su voluntad, logre frenar siquiera el proceso orgánico crónicodegenerativo que se desencadenará, proceso que es acumulativo y del cual las condiciones o manifestaciones emocionales no son más que alarmas, advertencias, de que procesos hormonales están siendo afectados, con todas sus repercusiones orgánicas, ya no digamos curarse. Esto es un imposible, en nuestra experiencia, porque incluso la gente que promueve estas teorías o estas prácticas está afectada por traumas, y algunos con más de un trauma (como dicen unas amigas especialistas en ciencias de la conducta con quienes trabajamos en Tabasco; "las personas mienten cuando hablan, pero las fotos no mienten"), y tampoco quiero decir que mientras sufres de traumas no hay que enfrentar los problemas, eso siempre hay que hacerlo, sólo que enfrentarlos no va a frenar los procesos orgánicos crónicodegenerativos ni emocionales desencadenados. Pero una vez que ya no sufres de traumas, una vez que te han sido extraidos, o antes de que los generes, enfrentar los problemas y no callarlos es lo que evita que se generen o regeneren, y esto tiene que ver con actitud, con nuestra forma de ver la vida, o de querer ver la vida.

Hace poco, en Tabasco, atendimos a una jovencita de 16 años que presentaba un trauma por violación. Ella aseguraba que nunca había sido violada y que no recordaba siquiera un intento de abuso en su contra. Le señalé que en la fotografía aparecía el trauma y ella contestó; "bueno, si ocurrió al menos no me marcó". Y al mostrarle todos los cambios en la forma de percibir las sensaciones del entorno una vez atendida (el tacto, el olfato, los colores, incluso su imagen en el espejo), entendió que sí había ocurrido algo y que ese algo sí la había marcado. Mientras ella veía el paisaje de siempre, que ahora presentaba colores más brillantes, me cuestionó sobre varios detalles técnicos, sobre la teoría, sobre la práctica y antes de salir me preguntó si era posible que la forma en que la habían educado sus padres, encerrada, diciéndole que todo era malo, pudiera haber ocasionado que un evento nimio, al parecer sin sentido, hubiera sido el causante del trauma. Le contesté afirmativamente, le conté la historia de un caso que cuadraba con lo que ella decía y nos despedimos. Ella bajó de los consultorios y yo pasé a la siguiente cita.

Como media hora después me sorprendió encontrar a la jovencita con sus papás en la sala de espera, platicando, frente a las psicoterapeutas con las que trabajamos en equipo. La jovencita bajó directo a decirle a sus papás lo que no le gustaba de ellos, de sus actitudes, porque no quería volver a sentirse mal, y aprovechó que estaban ahí los psicoterapeutas para ayudar, o mediar, o atender.

No puedo asegurar que los padres de la jovencita vayan a cambiar o que la historia tendrá un final feliz familiar, lo único que puedo asegurar, por experiencia, es que esa jovencita va a crecer sin traumas emocionales, porque esos pequeños pasos aprovechando el impulso inicial son básicos para hacer de la salud emocional una costumbre. Y también por experiencia puedo asegurar que quienes se niegan a enfrentar algún problema, que se niegan a dar ese paso inicial que rompe con su educación, con sus costumbres, son quienes más fácilmente recaen. Por esto es que una vez atendidos, una vez curados, una vez reparados (me gusta más este término), es cuando se vuelve muy importante la ayuda psicoterapéutica, porque la costumbre es más fuerte que el amor.

Para más información pidan el libro "El Sistema Circulatorio Emocional" (disponible también en versión electrónica en Amazon).